lunes, 4 de abril de 2011

DESARROLLO HUMANO




EL EGO PATOLÓGICO



En el sentido más amplio de la palabra, el ego es ¡patológico! independientemente de la forma que adopte. Cuando analizamos el origen de la palabra "patológico" derivada del griego antiguo, descubrimos cuán apropiada es cuando se la utiliza para calificar al ego. Aunque normalmente se use para describir una condición de enfermedad, viene de pathos que significa sufrimiento. Esa fue exactamente la característica de la condición humana que descubrió el Buda hace 2.600 años.

Sin embargo, la persona que está aprisionada por el ego no reconoce el sufrimiento como tal, sino que lo ve como la única respuesta apropiada para una determinada situación. En su ceguera, el ego es incapaz de ver el sufrimiento que se inflige a sí mismo y que inflige a otros. La infelicidad es una enfermedad mental y emocional creada por el ego, la cual ha alcanzado proporciones epidémicas. Es el equivalente interior de la contaminación ambiental de nuestro planeta. Los estados negativos como la ira, la ansiedad, el odio, el resentimiento, el descontento, la envidia, los celos y demás, no se ven como negativos sino que se consideran totalmente justificados y además no se perciben como nacidos de nosotros mismos sino de alguien más o de algún factor externo. "Te hago responsable de mi sufrimiento". Esto es implícitamente lo que dice el ego.

El ego no puede distinguir entra una situación y la interpretación o la reacción frente a ella. Podríamos decir, "Qué día más espantoso" sin darnos cuenta de que lo espantoso no está en el frío, ni en el viento, ni en la lluvia, ni en cualquiera que sea la situación. Ellos son lo que son. La espantosa es nuestra reacción, nuestra resistencia interior y la emoción creada por esa resistencia. Shakespeare dijo, "Nada es bueno ni malo, solamente lo que pensamos confiere esa calidad".

Además, el ego suele equivocarse al considerar que el sufrimiento o la negatividad le producen placer porque se fortalece a través de ellos hasta cierto punto.

Por ejemplo, la ira o el resentimiento fortalecen enormemente al ego porque intensifican la sensación de separación, enfatiza lo ajeno de los demás y crea una fortaleza aparentemente inexpugnable de "virtud" aparente. Si pudiéramos observar los cambios fisiológicos que se producen en el cuerpo cuando estamos poseídos por esos estados negativos, los efectos adversos que tienen sobre el funcionamiento del corazón y los sistemas digestivo e inmune y un sinnúmero de funciones corporales, veríamos con toda claridad que esos estados son ciertamente patológicos y que son formas de sufrimiento y no de placer.

Cuando vivimos en un estado negativo, hay algo en nosotros que ansía la negatividad, que siente placer en ella o cree que puede ayudarnos a conseguir lo que necesitamos. De otra manera, ¿quién querría aferrarse a la negatividad, hacer desgraciados a los demás junto consigo mismo, y provocar enfermedades físicas? Por consiguiente, cada vez que hay negatividad en nosotros y logramos detectar en ese momento que hay algo que goza con esa negatividad o cree que tiene un propósito útil, tomamos conciencia del ego directamente. Tan pronto como eso sucede, la identidad pasa del ego a la conciencia y eso significa que el ego se empequeñece mientras que la conciencia se agranda.

Si en medio de la negatividad podemos reconocer que estamos creando sufrimiento para nosotros mismos, será suficiente para elevarnos por encima de las limitaciones de los estados egotistas y las reacciones condicionada. Abriremos una infinidad de posibilidades, otras formas mucho más inteligentes de manejar cualquier situación. Quedaremos en libertad para deshacernos de la infelicidad con el sólo hecho de reconocer esa falta de inteligencia. La negatividad no es inteligente. Siempre le pertenece al ego, éste puede ser astuto, pero no inteligente. La astucia persigue sus propios fines mezquinos. La inteligencia ve el todo más grande en el cual todas las cosas están conectadas. El motor de la astucia es el interés egoísta y su punto de vista es muy estrecho.

La mayoría de los políticos y los hombres de negocios son astutos pero muy pocos son inteligentes. Todo lo que se logra a través de la astucia es perecedero y con el tiempo se destruye a sí mismo. La astucia divide; la inteligencia incluye.

LA INFELICIDAD LATENTE

El ego crea separación y la separación crea sufrimiento. Por consiguiente, es obvio que el ego es patológico. Aparte de las formas más claras de negatividad como la ira, el odio y demás, hay otras más sutiles, las cuales son tan comunes que por lo general no se las reconoce por lo que son. Entre ellas se cuentan la impaciencia, la irritación, el nerviosismo, el hastío, etcétera. Esas formas de negatividad son la infelicidad latente, estado interior en el cual suelen permanecer muchas personas. Es necesario estar supremamente concientes y absolutamente presentes a fin de detectarlas. Siempre que lo hacemos así, tenemos un momento de despertar y se suspende la identificación con la mente.
El siguiente es uno de los estados negativos más comunes, el cual puede pasar desapercibido precisamente por ser tan común y normal. Seguramente usted estará familiarizado con él. ¿Suele usted experimentar una sensación de descontento que podría describir como un resentimiento latente? Puede ser específico o inespecífica. Muchas personas pasan gran parte de sus vidas en ese estado. Se identifican hasta tal punto con él que no puede tomar distancia para reconocerlo. Detrás de esa sensación hay ciertas creencias inconscientes, es decir, unos pensamientos. Sentimos esos pensamientos de la misma manera en que soñamos al dormir. En otras palabras, no sabemos que tenemos esos pensamientos, como tampoco el soñador sabe que sueña.

Los siguientes son algunos de los pensamientos inconscientes más comunes de los cuales se alimenta la sensación de descontento o de resentimiento latente. He eliminado el contenido de esos pensamientos para dejar solamente su estructura. De esa manera se aprecian más claramente. Siempre que haya infelicidad latente (o manifiesta) en su vida, vea cuáles de estos pensamientos son aplicables y proporcióneles contenido de acuerdo con su situación personal:
"Algo debe suceder en mi vida para que yo pueda alcanzar la paz (la felicidad, la realización, etcétera). Y resiento que no haya sucedido todavía. Quizás con mi resentimiento logre que suceda finalmente".

"Algo sucedió en el pasado que no debió suceder y lo resiento. Si eso no hubiera sucedido, tendría paz ahora".
"Me está sucediendo algo que no debería sucederme y me está impidiendo tener paz".

Muchas veces, las creencias inconscientes apuntan a una persona, de manera que la palabra "suceder" se reemplaza por "hacer".

"Deberías hacer esto o aquello para que yo pueda tener paz. Y resiento que no lo hayas hecho. Quizás con mi resentimiento logre que lo hagas".
"Algo que tú (o yo) hicimos, dijimos o dejamos de hacer en el pasado me está impidiendo tener paz".
"Lo que haces o no haces ahora me está impidiendo tener paz".

EL SECRETO DE LA FELICIDAD

Todas las citas anteriores son supuestos que no se han examinado y que confundimos con la realidad. Son historias creadas por el ego para convencernos de que no podemos estar en paz en el presente y tampoco ser nosotros mismos. Estar en paz y ser quienes somos es lo mismo. El ego dice: quizás en un futuro podré tener paz si tal o cual cosa sucede o si obtengo aquello o me convierto en lo de más allá. También dice: no podré estar en paz jamás a causa de algo que sucedió en el pasado. En general, todo el mundo cuenta la misma historia, "por qué no puedo tener paz ahora".

El ego no sabe que nuestra única oportunidad para estar en paz es ahora. O quizás sí lo sabe pero teme que lo averigüemos. Después de todo, la paz representa la aniquilación del ego.
¿Cómo podemos alcanzar la paz ahora? Haciendo la paz con el momento presente. El momento presente es el campo en el cual transcurre el juego de la vida. No puede jugarse en ningún otro lugar. Una vez hecha la paz con el momento presente, podemos ver lo que sucede, lo que podemos hacer o lo que optamos por hacer, o más bien, lo que la vida hace a través de nosotros.

Hay cuatro palabras en las cuales se encierra el secreto del arte de vivir, el secreto del éxito y la felicidad: uno con la vida. Ser uno con la vida significa ser Uno con el Ahora. Entonces nos damos cuenta de que no vivimos la vida, sino que ésta nos vive. La vida es la bailarina y nosotros somos la danza.
Al ego le encanta estar resentido con la realidad. ¿Qué es la realidad? Cualquier cosa que es. Buda la denominó tatata, el tal o cual de la vida, es decir, nada más que el tal o cual de este momento. Oponerse a ese tal o cual es una de las principales características del ego. Esa oposición crea la negatividad de la cual se alimenta el ego, la infelicidad que tanto le gusta. De esta manera sufrimos y hacemos sufrir a los demás sin siquiera saberlo, sin darnos cuenta de que estamos creando el infierno en la tierra. Crear sufrimiento sin reconocerlo es la esencia de la vida inconsciente y es estar completamente bajo el control del ego. La incapacidad del ego para reconocerse y ver lo que hace es verdaderamente aterradora e increíble.

El ego hace exactamente lo que condena en los demás y ni siquiera se da cuenta. Cuando se lo señala, recurre a la negación, la ira, los argumentos y las justificaciones que distorsionan los hechos. Y todo el mundo lo hace, las personas, las empresas y los gobiernos. Cuando todo lo demás falla, el ego recurre a los gritos y hasta a la violencia física. ¡Que manden al ejército! Es entonces cuando reconocemos la sabiduría de las palabras de Jesús en la cruz: "Perdónalos porque no saben lo que hacen".

Para poner fin a la desgracia que se ha cernido sobre la condición humana durante miles de años, debemos comenzar con nosotros mismos y asumir la responsabilidad por nuestro estado interior en todo momento. Eso significa que debe ser ahora mismo. Pregúntese si hay negatividad en su interior en este mismo momento. Entonces preste atención a sus pensamientos y también a sus emociones. Esté alerta a esa infelicidad latente a la cual me referí anteriormente, en cualquiera de sus formas: descontento, nerviosismo, hastío, etcétera. Esté alerta a los pensamientos que aparentemente justifican o explican esa infelicidad pero que en realidad son los causantes de la misma. Tan pronto como tome conciencia de un estado negativo en su interior no piense que ha fallado. Significa que ha tenido éxito. Mientras no hay esa conciencia, prevalece la identificación con los estados interiores, y esa identificación es el ego. Con la conciencia se suspende la identificación con los pensamientos, las emociones y las reacciones. Este estado no debe confundirse con la negación.

Al reconocerse los pensamientos, las emociones y las reacciones, se suspende automáticamente esa identificación. Entonces cambia nuestro sentido de lo que somos, nuestra sensación de ser: antes éramos pensamientos, emociones y reacciones; ahora somos conciencia, la Presencia consciente que observa esos estados.

"Un día me liberaré del ego". ¿Quién habla? El ego. Liberarse del ego realmente no representa un gran esfuerzo. Lo único que se necesita es tomar conciencia de los pensamientos y las emociones en el mismo momento en el que suceden. No se trata realmente de "hacer", sino de "ver". En ese sentido, es cierto que no hay nada que podamos hacer para liberarnos del ego. Cuando se produce el cambio de pasar de pensar a observar, entra a operar en nuestras vidas una inteligencia muy superior a la astucia del ego. Las emociones y hasta los pensamientos se despersonalizan a través de la conciencia. Reconocemos su naturaleza impersonal. Dejan de estar cargados del "yo". Son solamente emociones y pensamientos humanos.

Toda la historia personal, la cual no es más que un cuento, un paquete de pensamientos y emociones, pasa a ocupar un lugar secundario y deja de ocupar el primer lugar en la conciencia. Deja de ser la base de nuestro sentido de identidad. Pasamos a ser la luz de la Presencia, la conciencia profunda que antecede a los pensamientos y las emociones.

LAS FORMAS PATOLÓGICAS DEL EGO

Como ya vimos, en su naturaleza esencial, el ego es patológico en el sentido más amplio de la palabra, la cual significa disfunción y sufrimiento. Muchos trastornos mentales se manifiestan con los mismos rasgos egotistas que operan en las personas normales, salvo por el hecho de que se han agudizado hasta el punto de poner en evidencia su naturaleza patológica a los ojos de todos, salvo de la persona que los sufre.

Por ejemplo, muchas personas normales dicen ciertas mentiras ocasionalmente para aparentar ser importantes, especiales y engrandecer su imagen a los ojos de los demás: mentiras sobre sus conocidos, sus logros, sus habilidades, sus posesiones y todo lo demás con lo cual se identifica el ego. Sin embargo, algunas personas, motivadas por el sentimiento de insuficiencia y la necesidad del ego de tener o ser "más", mienten constantemente y de manera compulsiva. Su historia, la mayoría de las cosas que dicen sobre sí mismos, son una completa fantasía, una edificación ficticia que el ego construye para sí mismo a fin de sentirse más grande y especial. Con esa imagen engrandecida y magnificada, algunas veces engañan a los demás, pero generalmente no por mucho tiempo ya mayoría de las personas no tardan en reconocer la falsedad de la historia, es más, les hacen creer… ¡Que les creen! Y su gran ego, no se da cuenta de ello.

La enfermedad conocida como esquizofrenia paranoica o paranoia, es una enfermedad mental consistente principalmente en una forma exagerada del ego. Consta de una historia ficticia inventada por la mente para darle sentido a una sensación persistente de miedo. El elemento principal de la historia es la idea de que ciertas personas (a veces muchas o casi todo el mundo) conspiran contra la persona para controlarla o matarla. Por lo general, la historia es coherente y lógica, de tal manera que muchas personas terminan creyéndola. Hay a veces organizaciones o naciones enteras apoyadas sobre un sistema paranoico de creencias. El ego exagera su miedo y su suspicacia, su tendencia a hacer énfasis en lo "ajeno" de los demás fijándose en las faltas que asocia con la identidad de esas otras personas, para convertir a los demás en monstruos humanos. El ego necesita de los demás, pero su dilema está en que en el fondo odia y teme a las demás personas.

La voz del ego se ve reflejada en la frase de Jean Paul Sartre, "Los demás son el infierno". Ese infierno se manifiesta más agudamente en las personas paranoicas, pero quienes todavía tienen patrones egotistas también lo experimentan hasta cierto punto. Mientras más fuerte es el ego, mayor es la probabilidad de que la persona piense que la fuente principal de sus problemas son los demás. También es más probable que les dificulte la vida a los demás. Pero, como es natural, la persona no podrá reconocer lo que sucede. Solamente percibe que son los demás los que actúan en su contra.

La enfermedad mental llamada paranoia también se manifiesta a través de otro síntoma constitutivo del ego, si bien adquiere una forma extrema en la enfermedad. Mientras más siente la persona afectada que todos la persiguen, la espían o la amenazan, más se agudiza su sensación de ser el centro del universo alrededor del cual gira todo lo demás, y más especial e importante se siente siendo el supuesto centro de atención de tantas personas. Su noción de ser la víctima y el objeto de las vejaciones de los demás la hace sentir muy especial. En la historia sobre la cual se apoya este sistema delirante por lo general representa el personaje de la víctima y del posible héroe que ha de salvar al mundo o derrotar a las fuerzas del mal.

El ego colectivo de las tribus, las naciones y las organizaciones religiosas suele contener también un elemento de paranoia: nosotros contra los malos. En eso radica buena parte del sufrimiento humano. La Inquisición española, la persecución de las "brujas" y de los herejes llevados a la hoguera, las relaciones entre las naciones que llevaron a las dos guerras mundiales, el comunismo durante toda su historia, la Guerra Fría, el macartismo en los Estados Unidos de los años 50, el conflicto violento prolongado del Medio Oriente, son todos ejemplos de episodios dolorosos de la historia humana dominados por una paranoia colectiva llevada al extremo.

Mientras mayor es la inconsciencia de las personas, los grupos o las naciones, mayor es la probabilidad de que la patología del ego asuma la forma de violencia física. La violencia es un mecanismo primitivo pero todavía prevaleciente mediante el cual el ego trata de imponerse, demostrar que tiene la razón y que otros están equivocados. Con las personas muy inconscientes, las discusiones pueden terminar fácilmente en violencia física. ¿Qué es una discusión? Es cuando dos o más personas expresan opiniones divergentes. Cada persona está tan identificada con los pensamientos constitutivos de su opinión que dichos pensamientos se endurecen para formar posiciones mentales dotadas de un sentido del "yo".

En otras palabras, la identidad y el pensamiento se fusionan. Cuando eso sucede, cuando defendemos nuestras opiniones (pensamientos), sentimos y actuamos como si estuviéramos defendiendo nuestro propio ser. Sentimos y actuamos inconscientemente como si lucháramos por nuestra supervivencia, de manera que esa noción inconsciente se refleja en nuestras emociones, las cuales se tornan turbulentas. Comienza a construirse dentro de nosotros un sentimiento de ira, defensividad o agresividad y sentimos la necesidad de vencer a toda costa para no ser aniquilados. Esa es la ilusión. El ego no sabe que la mente y las posiciones mentales no tienen nada que ver con lo que somos, porque el ego es la mente no observada.

El Zen dice, "No busques la verdad. Sencillamente abandona tus opiniones". ¿Qué significa esa frase? Dejar de identificarnos con la mente. Lo que somos aflora espontáneamente cuando eso sucede.

EL TRABAJO, CON O SIN EGO

La mayoría de las personas experimentamos momentos de ausencia del ego. Quienes sobresalen verdaderamente en lo que hacen pueden trabajar casi completamente liberados del ego. Quizás no lo sepan, pero el trabajo se convierte para ellos en una práctica espiritual. La mayoría de ellos están presentes mientras realizan su trabajo y vuelven a un estado de inconsciencia relativa en su vida privada. Eso significa que su Presencia se limita transitoriamente a un aspecto de sus vidas. He conocido maestros, artistas, enfermeros, médicos, científicos, trabajadores sociales, meseros, dueños de empresa y vendedores que realizan su trabajo admirablemente sin buscar retribuciones egoístas y respondiendo plenamente a cualquier cosa que el momento les exija. Son uno con lo que hacen, uno con el Ahora, uno con las personas a quienes sirven o con las actividades que realizan. La influencia que esas personas ejercen sobre los demás va mucho más allá de su función. Hacen que se empequeñezca el ego de todas las personas que entran en contacto con ella. Hasta quienes poseen egos pesados a veces aflojan, bajan la guardia y dejan de representar sus personajes cuando se relacionan con esas personas.

No sorprende que quienes abandonan su ego mientras trabajan tienen un éxito extraordinario en lo que hacen. Todas las personas que trabajan en la unicidad contribuyen a construir la nueva tierra.
También he conocido a muchas personas que son técnicamente buenas en lo que hacen pero cuyo ego interfiere permanentemente en su trabajo. Solamente ponen una parte de su atención en lo que hacen, mientras que la otra parte está fija en sí mismas. Su ego les exige reconocimiento personal y desperdician energía en resentimientos cuando no reciben suficiente (y nunca nada les basta). "¿Esa otra persona ha recibido más reconocimiento que yo?" O tienen su atención puesta en el dinero o el poder, y su trabajo no es más que un medio para esa finalidad. El trabajo que se convierte solamente en un medio para alcanzar una finalidad, no puede ser de alta calidad. Cuando surgen obstáculos o dificultades, cuando las cosas no marchan según lo previsto, cuando otras personas o circunstancia no ayudan o cooperan, en lugar de estar en unidad con la nueva situación y responder a las exigencias del momento presente, reaccionan contra la situación y, por tanto, se separan de ella.

Hay un "yo" que se siente personalmente ofendido o resentido, y es enorme la cantidad de energía que se quema en protestas o enojos, la cual podría utilizarse para resolver la situación si el ego no la estuviera desperdiciando. Lo que es más, esta "anti energía" crea obstáculos nuevos y más oposición. Muchas personas son realmente su propio peor enemigo.

Muchas personas, sin saberlo, sabotean su propio trabajo cuando retienen información o ayuda, o tratan de obstaculizar a las demás personas para impedir que tengan más éxito o reciban más crédito que "yo". La cooperación es ajena al ego, salvo cuando hay una motivación oculta.

El ego no sabe que mientras más incluye a los demás, mejor fluyen las cosas y más fácilmente recibe todo lo que anhela. Cuando damos poca o ninguna ayuda a los demás o levantamos obstáculos en su camino, el universo, a través de las personas y de las circunstancias, nos priva de ayuda al habernos desconectado del todo.

El sentimiento de carencia que se anida en las profundidades del ego le hace reaccionar frente al éxito de los demás como si ese éxito "me lo hubieran arrebatado a mí". No sabe que resentir el éxito de los demás limita sus propias posibilidades. A fin de atraer el éxito es necesario acogerlo donde quiera que ocurra.
ANA LUZ








Sin darse cuenta o de manera consciente, muchas personas se alimentan de nuestra energía. Habrás notado que después de estar con determinada persona te sientes agotada, sin fuerzas, triste y desganada, o incluso irritada, sin motivo aparente.  Esa persona se ha llevado buena parte de tu energía.


Existen varios "tipos" de personas que son vampiros de la energía ajena. Se trata de una lucha de poder, ya sea dominando o manipulando, logran hacerse de tu energía.

Los/las "pobre de mi" son aquellas personas que se la pasan contando sus propias desgracias, tienen pensamientos y comentarios siempre negativos, derrotistas. Atraen la atención con sus gemidos, temblores, suspiros y miradas perdidas. Inicialmente seducen por su vulnerabilidad, su permanente necesidad de ayuda, pero en realidad son personas que no les interesa verdaderamente solucionar sus problemas, son los que rechazan constantemente cualquier posibilidad que se presente para cambiar su situación, ponen excusas, y esto sucede porque dejar de ser "una pobre víctima" les haría perder su fuente de energía: la tuya.

Los/las intimidadores logran captar la atención por medio de gritos, amenazas o la fuerza física.Son autoritarios, hablan constantemente y pueden ser violentos.  La energía va hacia ellos porque el que está frente a él siente miedo o ansiedad.

Los/las interrogadores son los que socavan el ánimo y la voluntad. Cuestionan cualquier actividad y motivación, critican cualquier error que cometas, preguntan sobre todo y juzgan todo lo que dices o haces, y cuanto más los enfrentas, más energía absorben de ti. También está el/la culpador, es el que siempre está atacando, culpando, quejándose.

Los/las distantes viven en su propio mundo, te hacen creer que no necesitan nada ni a nadie. Se muestran desinteresados,  son escurridizos, y ese halo de misterio que generan suele ser el atractivo para "cazar a sus víctimas".

Pero no solo otras personas pueden absorber nuestra energía, muchas veces nosotras mismas somos vampiros de nuestra propia energía.  La enemiga interior que se esconde en esos pensamientos recurrentes, negativos y obsesivos que solemos tener. Cuando se nos presenta un problema, ya sea laboral, familiar o de pareja, y no hacemos más que otorgarle atención permanente al asunto, no buscando una solución, sino alimentando el sentimiento negativo que nos despierta, consumimos buena parte de nuestra energía, sumergiéndonos en estados depresivos o irritantes, que si no le ponemos freno, se enquistan, llegando incluso a enfermar el cuerpo
ANA LUZ



UNA AVENTURA MAGICA: SEGUNDA LECCION



Volvamos al Primer Mandamiento. Te lo enseñaré...

Sí, ya sé que lo conoces, pero estás en camino de ingresar a un más alto nivel de conciencia.
Las verdades, igual que las parábolas, significan algo cada vez más elevado a medida que sube nuestro nivel de conciencia.
Ahora, el Primer Mandamiento podría comprenderse de esta forma:

"NO TENDRÁS DIOSES AJENOS DELANTE DE TI".
¡Claro! Porque Dios habita en ti. La Voz del corazón es la Voz de Dios.
Pero podemos avanzar todavía un poquito más.

Ese Mandamiento, así como te lo acabo de mostrar suena como si alguien te estuviese dando una orden, ¿verdad? Y si tú eres expresión de Dios, ¿quién podría ordenarte algo? Entonces, veámoslo de una forma más parecida a como lo usan los Magos:

"NO HAY MAS DIOS QUE YO". ¿Te gusta?

Hermoso, la Libertad misma, libre albedrío en acción.
¿Sientes cómo las verdades generan cierta "electricidad" en tu cuerpo?
Entonces vas por muy buen camino. Esta no es una escuela de filosofía. Aquí trabajamos con ENERGIAS. ¿Te dio miedo ese Mandamiento?¿Es peligroso? Tienes razón. Es más peligroso que un mono en el Trono del Reino.  Si lo toma el simio, que es el ego... qué terrible espectáculo ver a un ser inexistente, hecho de humo mental, creyéndose Dios. Pero si dices "NO HAY MAS DIOS QUE YO" dejando que sea tu Dios Interior quien lo exprese, ¿dónde está la mentira?
Si logras dejar tu ego de lado, entonces no hay problema. Pero no temas a tu ego.

Algo mucho más grande y poderoso hay en ti... Si temes a tu ego, lo agigantas..
Donde hay temor, no hay Amor. Donde no hay Amor, no hay felicidad.
Y la Magia Blanca nace de la felicidad del alma. No temas decir "NO HAY MAS DIOS QUE YO". Jesús dijo "mi Padre y yo somos uno". También dijo que mayores cosas tú podrías lograr. ¿Por qué ese temor a ser uno con Dios? En el fondo, siempre lo has sido. Tal vez temes porque tu Dios no es el Amor. Al Amor no se le teme. A1 que se teme es al "Gran Tirano del Universo", pero no al Amor.
Te diré algo:

Ese Dios, al cual imploras, adoras, buscas y temes, ¡ESE DIOS ERES TU MISMO!
El dios de "allá arriba" no existe, créeme. Eso es ilusión correspondiente a la tercera dimensión de conciencia. Si algún poder tiene sobre ti, tú se lo das. Tú lo creas, tú le das poder, tú te castigas o te premias. "Tú la Luz; tú la Lámpara", enseñaba el Maestro Buda. "Tú eres Aquello", enseñan los libros antiguos. Tú creaste, ayudado por las historias que te contaron, a ese "Verdugo bueno pero terrible" al que tanto temes. Lo tienes como un ídolo plantado delante de tu Dios Amor. Y con eso ¡Violas el Primer Mandamiento! ¡Has creado un dios ajeno y lejano a ti mismo! Lo ubicas "en el cielo" "Allá arriba..." Juzgando, repartiendo castigos, etc. ¡Eso no es Dios!

¿Dices que "todo el mundo" cree en él? Claro, por eso "todo el mundo" desconoce la Magia; tú magia... ¡Por eso los Magos son tan pocos! Esta es una Escuela de Magia Práctica. Este es un Camino sólo para hombres bien hombres y mujeres bien mujeres. Nada aterroriza más a los semihombres y semimujeres que LA VERDAD. Pero este Camino es sólo para almas dispuestas a jugársela por realizar lo que sueñan, por salir de una vida llena de limitaciones y mediocridades. Sin aterrorizarse por lo que puedan encontrar cuando descubran una verdad más amplia, sin importarle lo que los demás puedan opinar de el. Sin espantarse por todo lo hermosa y maravillosa que esta verdad pueda ser... 'Porque... Hay almas que se aterrorizan cuando se encuentran con Caminos en los cuales no hay terror...

Pero los Caminos de Dios, mientras más elevados, más hermosos, menos "terrorismo espiritual". Aquí no hay "homicidios rituales","crucifixiones" "quema de brujas", "Apocalipsis", ni martirio. Aquí, lo único que se debe sacrificar es el sufrimiento. Quien quiera seguir este Camino, en esta Nueva Era que se inicia (para ti, si es que decides eso), que arroje su madero de tormento y que esté dispuesto a ser feliz. Que renuncie al sufrimiento, a la miseria, a la enfermedad y a la esclavitud. El Amor ya no está en la cruz. El camino de la cruz es el dolor...¡¡No más crucifijos, no más cruces, ya liberen al Jesús histórico de esa terrible cruz!! ¡¡LIBÉRENLO, BÁJENLO DE LA CRUZ YA POR FAVOR!! El está Glorioso dondequiera que esté... Libre de esa terrorifica cruz... Que sigue infundiendo... Temor, dolor, castigo etc., ¿No creen que ya es bueno liberarlo y liberarnos???

Quien quiera seguir el Camino de la Magia, que no se aterrorice con la Libertad, con la Felicidad ni con el Amor. A esta Enseñanza no puede ingresar el temor. Porque, así como el Amor es Dios, el temor es el demonio mismo.
El temor es un dios ajeno plantado delante del Dios Amor. Porque donde hay temor, no hay Amor, no hay Dios. ¿Qué es el temor, sino dudar de la Bondad de Dios? Aquí no pueden ingresar dioses ajenos, así que si no puedes respetar el Primer Mandamiento, es mejor que dejes hasta aquí la lectura y continúes entregándole tu dinero al doctor y a los aseguradores y continúes implorando quejumbrosamente ayuda divina. Cerrando empecinadamente tus ojos a la realidad de los Poderes Divinos que Dios ha puesto en ti. Rechazando ese don divino, ese maravilloso regalo.

Tal vez te cause temor pensar que Dios pueda ser tan bueno que comparta contigo su Divinidad. Sin embargo, ¡así es el Amor! Y si tú fueras Dios, ¿no le darías la oportunidad a tus hijos de ser como tú? ¿Por qué entonces piensas que El es menos bueno que tú? Tal vez sucede sencillamente que NO QUIERES SER FELIZ. Porque el sufrimiento se puede transformar en un pegajoso vicio.
Para algunos, la infelicidad y el lamento son un hábito muy agradable... El "vicio de sufrir" puede encontrar magníficas justificaciones. "Irrebatibles" justificaciones físicas, familiares, sociales o espirituales para rechazar la felicidad. Aquí sólo pueden sacar provecho aquellos que están firmemente decididos a ser felices. '

Algunos desean "castigar" a otros con su sufrimiento, pudiendo llegar hasta el suicidio, para que "los culpables" ¡sufran mucho! Se cierran minuciosamente todas las puertas hacia una vida mejor, utilizan todos sus recursos para que les vaya mal en todo. Hacen lo imposible por "castigar al culpable", que puede llamarse padre, novio, esposo, madre, novia, esposa, patrón, hermano, sistema o Dios mismo inclusive. Porque hay quienes utilizan sus Padres Creadores para castigarse y para atormentarse y luego decirle a Dios "¡qué malvado eres conmigo!"... Esas personas, o se dan cuenta que se están haciendo trampas a sí mismas, perjudicando de paso a los demás, y deciden cambiar e intentar seriamente ser felices, o abandonan este Templo.

Este Camino es sólo para quienes se sienten realmente hijos del Amor; por lo tanto, desean la belleza, el bien, la abundancia y la felicidad en sus vidas.
No desean dañar a nadie causándose sufrimiento. No son tan malvados...
Este Camino es sólo para quienes se cansaron de continuar apoyándose en limitaciones imaginarias y temores falsos y de crearse desdicha y decidieron pararse ante sí mismos como verdaderos hombres o verdaderas mujeres y tomaron el timón de sus vidas y dejaron de buscar fuera de ellos lo que está dentro de ellos y decidieron luchar por obtener aquello que su Dios Interior les ha pedido luchar por conseguir.

Pero a ninguno ha llegado "por casualidad" este libro a sus manos. Su Dios Interior se lo acercó. Porque, igual como no te gustaría ver a tus hijos desdichados, tampoco El quiere verte así. Pero El no te puede obligar a ser feliz. Porque respeta tu Libertad. Sólo puede decirte que SI PUEDES. Es bueno que elijas de todo corazón:

¿La felicidad o el sufrimiento?... ``NO HAY MAS DIOS QUE YO".
¿Qué significa eso? Que si tú deseas algo y consideras que está bien, entonces realízalo, obténlo. ¡Es Mandato Divino! ¡Tú te lo ordenas! Pero si no te atreves porque tu tía o algún libro o "todo el mundo" opinan que "no está bien" o "es imposible", entonces estás faltando al Primer Mandamiento. Tienes otros dioses aparte de ti.

Tienes dioses ajenos llamados opiniones ajenas, creencias ajenas, teorías ajenas, costumbres ajenas, temores ajenos, imposiciones ajenas o supersticiones ajenas. Eso es faltar a tu Dios, a ti mismo. Si crees que realizar tus sueños es "pecado", es tu elección pensar así. Aquí se comienza con no faltar a la Ley Universal del Amor. Respetándola, consigue lo que quieras.

Si crees que a Dios le gusta verte pobre, enfermo y débil, qué malvada idea tienes acerca del Buen Dios Amor... (Es que Dios me dio está cruz dices convencido) El Amor desea todo el bien, toda la dicha, todo el poder, toda la Libertad, la belleza, la satisfacción, la abundancia, la salud y la riqueza en todos los sentidos para todos sus hijos. ¡Así es el Amor, así eres tú mismo en el fondo! Pero lo malo es que estás convencido de todas las tonterías que te inculcaron, que te enseñaron desde pequeño, "te va a castigar dios" "es la cruz que te tocó" etc. ¡Eso no es así, esa no es la LEY DEL DIOS AMOR...

Comprender eso es comprender realmente la primera Ley en el Camino de la Magia Práctica, la Ley del Amor. Cualquier otra idea acerca de Dios, en este Camino, no sirve. Es un dios ajeno. Ya está suficientemente dicho: el sufrimiento es un camino que cada cual se elige cuando no elige el Camino del Amor. Si eso no fuera así, entonces el sufrimiento sería caprichosamente enviado por Dios, el "Gran Tirano del Universo"...

Es cierto que el sufrimiento es un gran maestro, pero está reservado a quienes no han llegado al Supremo Maestro: el Amor. El Supremo Maestro sólo quiere que tú, su hija o hijo, seas feliz. Volvamos a lo que te gustaría conseguir. ¿Qué tal la Iluminación? ¿No eres tan aficionado a ese tipo de cosas? Bien, entonces, ¿qué tal un buen automóvil? ¿Que cómo se me ocurre decir eso? Es un ejemplo. A cada uno lo suyo. Aunque, si necesitas un automóvil, pero tú consideras que Dios estará más complacido contigo si te ve en un autobús, esa es tu idea del Dios Amor...

No has comprendido todavía la Naturaleza del Amor. Poco futuro tienes entonces en este Templo. ¿Demasiada miseria en el mundo como para permitirse bienestar?
La miseria de tu mundo no se soluciona si tú eliges transformarte en un pobre más. Mejor eligieras ser un rico que ayuda a la humanidad; porque con más recursos podrías hacer más cosas... Uno de los peligros de estos Caminos consiste en despreciar a quienes no han logrado todavía llegar a nuestro nivel. Cuídate. No desprecies al pobre ni al caído pensando que tú ya saliste de allí.
Aquello que despreciamos, no lo hemos superado, por eso, es posible que tengamos que volver a vivirlo... La comprensión, eso es otra cosa.

No desprecies al pobre ni al caído, pero tampoco les idealices (no seas "extremista mental"). Tampoco idealices al rico ni al que aparenta ser puro y casto. Algunos pobres sólo se lamentan y extienden la mano; otros pobres, con una mente más positiva encuentran cómo salir de sus necesidades. Así ha sucedido con personas, naciones y humanidades enteras... Y no todos han sido unos "sucios cerdos"; aunque hay otros que... Si tu patrón te tiene esclavizado, pero tú no te atreves a salir de esa situación porque tienes TERROR de no encontrar otra cosa, así será... Pero si buscaras en tu interior, en tus hermosos sueños, encontrarías para ti caminos nuevos, diferentes, sin imitar a la mayoría y sin piraterías.

Si imitas a la mayoría no realizarás tus sueños, porque realizarlos es privilegio de quienes sienten que son “alguien muy especial” Todos lo somos, pero pocos lo aceptan. Los más imitan a la mayoría. Transitan los caminos del montón y viven la suerte del montón. Su Dios no se llama Amor; se llama "Mayoría".

En cada persona ha puesto Dios una "Joya Diferente". Si tú descubrieras la tuya sería una bendición para tu vida y para la de los demás. Porque Dios tiene Algo que realizar a través de ti... y las realizaciones divinas son siempre una Joya, un gran Éxito. ¿Qué quiere Dios a través de ti? Busca en tus más hermosos sueños. Eso es. Pero mientras te rijas por la mente del montón, tu vida será mediocre, lo cual es el salario de quienes no tienen Amor ni fe.

Con piscina o sin ella, tu existencia será mediocre si no tienes Amor ni fe.
Puedes llenar de piscinas y de pan el mundo, pero si no pones Amor ni fe, siempre habrá quienes elegirán sufrir, y otros elegirán hacer sufrir. No elijas ninguna de esas dos alternativas, pero si tuvieras que decidirte por una, mucho menos sufrirás si eliges la primera de ellas. Pero mejor, ante tantas personas que sufren, tú podrías elegir ayudarles a que sepan este tipo de cosas, enséñales; además, es tu deber, si te riges por el Amor, pero no estaría mal que mientras les ayudas, en lugar de andar en autobús te movilices en un automóvil cómodo y confiable...

Ah, eso sería feo para la imagen de santón que quieres proyectar en los demás.
Entonces las opiniones de los demás son tus dioses ajenos. ¿Qué otra excusa para no vivir feliz? ¿"No se puede" conseguir un automóvil? ¡Sea! En tu mundo, tú mandas. ¿Un automóvil no es una buena manera de lograr realización personal?
(...Otra vez...) ¡ES UN EJEMPLO...! Que cada cual elija lo que quiera. Pero si crees que estás en el camino correcto, porque se te dió un auto nuevo... ¡Que dios tan materialista tienes! Y si es por eso que le sirves... ¡Que pobre eres!

(Se rumorea en estos Elevados Planos que no es la maldad ni el egoísmo lo que causa la infelicidad en el planeta Tierra, sino la falta de imaginación...)
¿Es otro tipo de cosas lo que deseas? ¡Perfecto! ¿Qué excusa tienes para no conseguir ese otro tipo de cosas?... ¿Quieres ser un gran basquetbolista, pero no tienes piernas? (...En estos Elevados Planos se equivocan. También falta sensatez...) En esta Escuela de Magia, al igual que en una escuela de cualquier cosa, se avanza gradualmente. En las primeras lecciones de una escuela de pintura no se comienza por pintar una Monna Lisa, sino por unas manchitas. (¿Es necesario decirlo? Ah, esto va para la Tierra. Sí, es necesario...)

La construcción de piernas, la Alquimia y la Inmortalidad son logros que obtienen los alumnos más avanzados de esta Escuela, en la cual estamos por el momento en una especie de "pre, pre-kindergarden". Pero alguna vez hay que comenzar. ¿No te parece que ya debemos empezar a ser nosotros mismos? No la sombra de ningún Papa,  gurú, cura, pastor o ministro, ni la sombra de cualquier "maestro espiritual" llámese escritor de libros "sagrados" etc. Responsabilizate TÚ, de tu vida, no hagas responsable a las "enseñanzas" de los demás... ¡Llámense como se llamen!
ANA LUZ



"La vida es un juego. Juega lo mejor que puedas, pero no olvides que es tan solo un juego; un juego... sin perdedores."
Ve uno los noticieros por la televisión y, además de la sección “light” de farándula al final, que más parece un ligero paliativo temporal frente a la avalancha de malas noticias que se presentan previamente, no recuerdo con exactitud cuándo fue la última vez que le dieron a una buena noticia la misma relevancia que se le da a la tragedia cotidiana. Pareciera que intencionalmente buscaran bajarle la energía al espectador con tanta noticia negativa, y realmente uno tiene que hacer de tripas corazón para no dejarse afectar por el bombardeo de tragedia que muestran. No sorprende que mucha gente viva según reza el popular adagio “la vida es dura, y duuuuura…”
Evidentemente, esos hechos dolorosos sí sucedan, pero no son lo único que sucede aunque sí son lo único que se muestra.
En mi personal opinión,  sí siento que la agresividad y negatividad que muestran los medios es de alguna manera intencional. Además de que la tragedia “vende”, pues a través del morbo (Talk Shows) le refuerza al ego su propia imagen de limitación, al observar cuidadosamente pareciera también evidente que todo lo que se muestra tiene un solo objetivo: crear desilusión. ¿Desilusión de qué? Pues desilusión de la vida, naturalmente: “el mundo está cada vez peor”.
Adicionalmente, y aunque hay ya publicidad inteligente que busca crear una experiencia positiva a través de la comunicación, aún hay mucha publicidad de viejo formato que en buena medida también apoya la desilusión: desilusión porque no soy tan bonita como la modelo (tengo que comprarme esos zapatos o usar ese maquillaje para parecerme), desilusión porque no “levanto hembra” (tengo que usar ese desodorante para que me “lluevan las mujeres”), desilusión porque estoy calvo (tengo que comprar el cepillo láser para que me salga pelo),  tengo que comprar tal o cual producto “porque estoy pasada de peso, etc.
Una persona desilusionada, con la energía baja, no solo es más fácilmente manipulable dentro de un sistema económico cimentado en el consumo de bienes y servicios, sino que crea más desilusión y desazón a su alrededor, fomentando así el consumismo. ¡A esto es a lo que se le llama “la economía del miedo!”
Todo el sistema económico, político y religioso, que traemos desde hace siglos, todo está cimentado en el miedo, en mantener convencida a la gente de que es incapaz, limitada y que no tiene ningún poder. Tal y como lo dijo Goebbels, ministro de propaganda nazi durante la II guerra mundial, “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, y así es como se ha perpetuado la mentira. Nuestras familias están cimentadas en esos mismos valores, tanto así, que la educación que les damos a nuestros hijos tiene como componente fundamental el “educar niños con defensas”. ¿Defensas ante qué? ¡Si nadie los está atacando ahora! Claro, “los atacarán en el futuro” dirán los preocupados padres, y aunque los hechos así parecieran confirmarlo, la realidad es que están educando bajo el mismo principio del miedo: ¡miedo a lo que pueda pasar!

Pero en lo personal hace un tiempo me llegó una visión distinta, en que a través de un ejemplo se explica cómo en realidad el mundo no está peor cada vez, sino mejor. La metáfora es simple: Todo el “mal” y podredumbre que nos muestran los medios siempre ha existido, solo que ahora podemos verlos, antes no los veíamos; y los vemos simplemente porque hay más Luz. Conclusión: hay más Luz en el planeta, por lo tanto estamos mejor que antes y todo lo que nos mandan, ¡son mentiras intimidatorias!
Qué hermosa perspectiva, que magistral demostración de cómo el sufrir o gozarse la vida no depende de nada más que de nuestro parecer ante esta, sin importar los hechos que se vean en la forma.
Los tiempos de aquí y ahora (pues ya no son los tiempos por venir) son los tiempos en que es necesario aprender que ¡sí tenemos el control! que el sufrir o gozar en la vida no depende de nada ni nadie excepto de nosotros mismos, y que por más que haya grupos de personas interesadas en mantener dormida a la humanidad por sus propios intereses basados en una cultura de miedo, en realidad está en nosotros la capacidad de no ser más objetos de manipulación cultural y religiosa.
Todo lo que está pasando, todo lo que estamos viendo, todo el movimiento planetario solo nos está pidiendo una cosa: ¡Despierta! ¡Abre los ojos! ¡Date cuenta que tú tienes el poder sobre tu vida! ¡Tú y solo tú eres el dueño de tu parecer, tú y solo tú te creas tu experiencia!
Cada vez veremos más y más el colapso de todas las estructuras de poder actuales, puede tomar un año o cien, pero es un hecho irreversible. Si escogimos nacer para estar vivos en esta época, es porque aquí está lo que necesitamos vivir. Hagámonos conscientes de esto y usemos nuestro poder, el que ya existe en nosotros y nadie puede quitarnos a menos que nosotros permitamos lo contrario…

ANA LUZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario